Es ahora, a la llegada del otoño cuando las horas de luz disminuyen y el frio comienza a hacer su aparición, cuando nos damos cuenta de la verdadera importancia del correcto funcionamiento de los diferentes sistemas que componen nuestro organismo, físico, orgánico, circulatorio, hormonal, nervioso, etc.
En esta época otoñal empiezan a surgir sus primeros síntomas, con sus resfriados, gripes, nos sentimos un poco decaídas, sin ganas de hacer nada y cuando es más importante que nuestro organismo y especialmente sistema inmunitario esté preparado para el invierno.
Existen estudios científicos que vinculan el funcionamiento de nuestro sistema inmunológico a múltiples y variados factores no solo genéticos y también externos, como las horas de luz, la temperatura, la alimentación, la actividad física, los niveles de estrés, etc. factores todos ellos que en mayor o menor medida pueden contribuir a la mejora o debilitamiento de nuestro sistema inmunitario.
Ya nadie duda, de la relación y los efectos beneficiosos de la práctica de Yoga para la salud de nuestras articulaciones, de nuestros órganos, de nuestro sistema circulatorio sanguíneo y linfático, y también como una práctica continua, rebaja el nivel de estrés y fortalece nuestro sistema nervioso para enfrentarnos con mayor seguridad y firmeza a situaciones estresantes.
Nuestro sistema Inmunitario es una maravilla de funcionamiento, sofisticación y coordinación de todos los sistemas de nuestro organismo (entendido como un todo) para ayudarnos a afrontar los múltiples cambios que esta época trae, protegiendo al organismo de enfermedades causadas por virus, bacterias, parásitos, hongos, etc.
Aumentar nuestras defensas y mantener un sistema inmune fuerte y equilibrado es la mejor garantía para nuestra salud. Y nada mejor que la práctica de asanas (posturas) de Yoga que nos ayuden a mejorar el funcionamiento de nuestros órganos y sistema circulatorio. Conozcamos un poco de fisiología del sistema inmunitario para entender mejor su funcionamiento.
Los órganos involucrados en el sistema inmunológico se denominan órganos linfoides y cada órgano desempeña distintas funciones en la producción, maduración y liberación de los linfocitos que son los “guardianes” del organismo, fundamentales para un sistema inmunológico efectivo.
Cada órgano linfoide desempeña una función en la producción y la activación de los linfocitos. Siendo los principales órganos linfoides:
- La Médula ósea. El tejido suave y esponjoso que se encuentra en las cavidades óseas, especialmente en cadera, esternón y costilla.
- El Timo. Dos lóbulos que se unen por delante de la tráquea, detrás del esternón.
Y como órganos secundarios secundarios pero también imprescindibles:
- Bazo. Órgano del tamaño de un puño ubicado en la cavidad abdominal.
- Ganglios linfáticos. Pequeños órganos con forma de frijol que se encuentran por todo el cuerpo y se conectan a través de los vasos linfáticos.
- Placas de Peyer. Tejido linfático en el intestino delgado.- Amígdalas palatinas, lingual, faríngea, tubárica.
- Ciego y apéndice cecal.
Además de los sistemas circulatorios:
- Sistema linfático. Red de canales por todo el cuerpo que transportan linfocitos hacia los órganos linfoides y el torrente sanguíneo.
- Sistema circulatorio sanguíneo transportan entro otros los linfocitos desde y hacia las diferentes partes del cuerpo.
Los linfocitos o glóbulos blancos, al igual que todas las células sanguíneas, se producen en la médula ósea y son el tipo de células más numerosas del sistema inmunitario. Una vez formados los linfocitos, algunos seguirán madurando en la médula ósea y se convertirán en linfocitos "B". Otros linfocitos finalizarán su maduración en el timo y se convertirán en linfocitos "T". Una vez maduros, algunos linfocitos se alojarán en los órganos linfoides, mientras que otros circularán por el cuerpo a través de los vasos linfáticos y el torrente sanguíneo.
Los linfocitos B son los más conocidas y su función es la fabricación de anticuerpos. Un anticuerpo se une a un antígeno (o sustancia extraña) y marca a este antígeno para su destrucción por otras células del sistema inmune. Los linfocitos T, tienen una molécula en su superficie llamada receptor del linfocito-T que reconocen fragmentos de antígenos. Ambos tipos T y B circulan por nuestro sistema circulatorio y linfático y son los encargados de reconocer y señalar los microorganismos infecciosos que en forma de virus o bacterias entre otros amenazan a nuestro organismo. Otro tipo de glóbulos blancos, los macrófagos, fagocitos (células fagocíticas) y las células asesinas naturales (células citotóxicas) son las encargadas de destruir estos microorganismos infecciosos.
Podríamos decir que en el sistema inmunitario, hay una fábrica principal de las células inmunitaria (linfocitos, macrófagos, etc.) que es la “medula ósea “. Otros órganos son las salas de crecimiento, maduración y diferenciación de los linfocitos, el principal seria el “Timo”. Otros órganos como los ganglios y el bazo, son el “almacén” de linfocitos que son liberados según van siendo necesarios y especialmente cuando hay una señal de alerta.
Por tanto, se puede afirmar sin lugar a dudas, que una medula en ósea sana y activa, así como los órganos linfoides cargados de energía y en perfectas condiciones, con un sistema circulatorio sanguíneo y linfático preparado y adecuado para que circulen por ellos los linfocitos sin ningún problema, es fundamental para un óptimo funcionamiento de nuestro sistema inmunitario.
Y ¿cómo la práctica de Yoga ayuda a ello?
En general todos los grupos posturales ayudan a mejorar el funcionamiento de los órganos y sistemas implicados en el sistema inmunitario. Aunque hay algunos grupos posturas que lo hacen en mayor medida ayudando activar los órganos principales del sistema inmunitario como el timo o el Bazo. Otros grupos posturales ayudan a mejorar la capacidad de generación de células linfoides de la medula ósea fortaleciendo los huesos y activando el desarrollo de células inmunitarias, y de forma general todas las asanas (posturas) ayudan a mantener en óptimas condiciones el sistema circulatorio sanguíneo y linfático.
De forma más específica podemos señalar diferentes grupos posturales que nos ayudaran a tener a punto todas las partes implicadas en el sistema inmunitario:
- La práctica de posturas de pie, como por ejemplo U. Trikonasana, Virabhadrasana II, U. Parsvakonasana, etc. nos ayudara a mantener fuertes los huesos y en buenas condiciones la medula ósea, como principal sistema generador de las células del sistema inmunitario.
- Otro grupo de posturas, de torsión y flexión, facilitan y mejoran el funcionamiento de los órganos encargados de la maduración y depósito de las células del sistema inmunitarios, eliminando el material de desecho que se almacene en estos órganos, sustituyéndolo por células jóvenes y activas. En este grupo podemos incluir como ejemplo Ardha Matsyendrasana, Bharadvajasana, Marichyasana III, Janu Sirsasana. etc.
- Posturas como U. Dhanurasana, Ustrasana, Setu banda Sarvangasana, ayudarían al sistema inmunitario, son posturas energéticas y activadoras de los órganos linfoides, especialmente de Timo.
- Un grupo posturas de gran ayuda para rebajar tensiones y evitar bloqueos que mejoren la llegada y distribución de las células del sistema inmunológico a todos los rincones de nuestro organismo serían las aperturas del Tronco, como por ejemplo Supta Baddha Konasana o Supta Virasana.
- Y un muy interesante grupo de posturas son las que facilitan el equilibrio de los órganos y sistemas involucrados, de tal forma que funcionen coordinada y eficazmente, evitando que el sistema inmunológico sea lento y bajo en su capacidad de respuesta (en casos más graves derivaría en inmunodeficiencia) o también lo contrario que una excesiva sensibilidad que da lugar a las alergias o un agresivo funcionamiento que da lugar a de tipo autoinmune enfermedades (artritis reumatoide, esclerosis múltiple, etc.) cuando el sistema inmunitario no reconoce y ataca como extrañas a las propias células del propio sistema orgánico. Y para ello nada mejor que las posturas invertidas como, por ejemplo S.Sirsasana, S. Sarvangasana.
De la práctica de todos estos grupos posturales, el sistema circulatorio sanguíneo y linfático se benefician enormemente, mejorando la circulación y el transporte de los linfocitos y glóbulos blancos, desde y hasta cualquier punto de nuestro organismo que lo necesite.
Está comprobado que la práctica de Yoga permite rebajar el nivel de estrés, que es un factor importante en la disminución o exceso de la capacidad de reacción del sistema inmunitario.
En general todos los grupos posturales nos ayudará de una u otra forma a mejorar el sistema inmunológico, aunque si bien es cierto, que depende lo que deseemos reforzar, profundizaremos en su práctica en uno u otro grupo postural de forma más intensa. Sabiendo que una práctica correcta incluye todos los grupos posturales sin dejar de lado aquellas posturas que no nos gustan o que no son más difíciles. La práctica de Yoga debe de contemplarse desde un punto integral no solo centrando la práctica en uno o varios grupos de asanas, también es importante mantener una práctica adecuada de prāṇāyāma.
Con una práctica disciplinada y constante, así como la correcta ejecución de las asanas, para que su impacto sea el correcto, será como ayudaremos a mejorar y mantener nuestro sistema inmunitario mucho más sano y mejor preparado para afrontar esta época otoñal y la llegada del invierno.
Si quieres conocer más en detalle cómo prepararte con seguridad para el invierno, fortaleciendo y activando tu sistema inmunitario, conocer más en detalle como funciona, qué posturas realizar, cómo realizarlas y por qué, en nuestros talleres dedicados al "Yoga y el sistema inmunitario” que realizamos regularmete cada año.
Bibliografía;
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0716864012703358
https://es.wikipedia.org/wiki/Sistema_inmunitario://es.wikipedia.org/wiki/Sistema_inmunitario
Luz del Yoga BKS Iyengar Editorial Kairos.
