El dolor de espalda y el Yoga ( parte 1)
Han tenido que pasar millones de años en la historia de la evolución humana, para que el ser humano pasase de una situación de apoyo en las cuatro extremidades (brazos y piernas) a una situación de posición erguida. 
Durante estos millones de años la columna vertebral especialmente, ha ido evolucionando físicamente hasta adoptar una posición vertical, muy distinta a la que fue en sus orígenes.
Con toda probabilidad esta posición bípeda ha permitido que el ser humano, a través de la liberación de las manos, mejorar en habilidades para la manipulación de objetos y la creación de herramientas, aspectos que a su vez requieren un desarrollo y mejora de las funciones cerebrales.
Esta nueva situación de caminar erguido comportó muchas ventajas evolutivas, pero también ciertos inconvenientes. El mantenimiento de una postural erguida, obliga a que las vértebras y los discos intervertebrales tengan que soportar importantes presiones producidas por el peso de cabeza, brazos, tórax y órganos, debidas a la fuerza de gravedad. Si además, estas presiones no están correctamente equilibradas y alineadas pueden provocar en la columna lesiones como protusiones, hernias discales, pinzamientos, deformidades de la curva lumbar, torácica o cervical, así como contracturas musculares por sobrecargas y desequilibrios posturales.
También los movimientos bruscos que a veces se realizan de forma inadvertida, las sobrecargas sobre la espalda y la adopción de posturas inadecuadas, dan como resultado molestias y dolores que sufren la mayoría de la población humana en su espalda. En menor medida, el dolor de espalda puede deberse a enfermedades en los huesos de la espalda y de modo de reflejo a dolencias originadas en otras partes del cuerpo.
El dolor de espalda, ya sea de tipo lumbar, dorsal o cervical, es una de las causas más comunes de visita al médico y de incapacidad transitoria en la sociedades modernas. Se calcula que al menos un 80% de la población acudirá alguna vez al especialista aquejado de su espalda.
Por tanto La columna y su estructura muscular necesita un adecuado "mantenimiento" para poder compensar los problemas derivados de la gravedad, los malos hábitos posturales y los provocados por el sedentarismo de esta sociedad. Y es en este punto donde las posturas o asanas de yoga pueden ayudar de forma importante a evitar y aliviar estos problemas musculares, discales o articulares.
Si nos ceñimos únicamente al aspecto físico del yoga, la realización de asanas ejercita sin irritar al corazón haciéndolo más resistente a la fatiga. La expansión y apertura del tórax y por tanto de los pulmones junto con una mejora en la circulación sanguínea permite que se transporten más eficazmente el oxigeno, beneficiando a todos los órganos del cuerpo y mejorando la actividad cerebral. 
También los huesos gracias a la correcta alineación en las posturas del yoga Iyengar así como los beneficios que los huesos obtienen por las presiones equilibradas, permiten que se mantengan en un estado óptimo. Sin olvidar las mejoras en la tonificación, resistencia y flexibilización de todos los músculos que permiten sujetan la estructura esquelética del cuerpo con una mayor firmeza y equilibrio. Igualmente las articulaciones se benefician, por una mejora en la alineación de los ligamentos y una mejor lubrificación por el aporte de mayor líquido sinovial y con mas nutrientes durante las asanas, disminuyendo el desgaste de los cartílagos y por tanto de las articulaciones.
Existen muchas más beneficios de la práctica del Yoga Iyengar que los meramente físicos, que son únicamente beneficios colaterales de la práctica del yoga, pero estos otros beneficios serán expuestos en otros artículos.
En próximas semanas se profundizar más en el dolor de espalda los diferentes tipos de dolor sus causas y como evitarlos con ayuda del yoga Iyengar.
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